30 de noviembre de 2006

Diario de una festivalera incipiente (Día 5, 6 y 7) Gijón de cabo a rabo y tiro porque me toca

Ya toy en casa y porque ye tarde que si no me acercaba a un chigre pa escuchar algún cagamento. La modernez de estos siete días ha estado bien pero cuando te das cuenta de que el único hilo que te une con tus semejantes es que has compartido cuatro horas en las butacas del Jovellanos para ver una película "alternativilla" es el momento de volver volver a la España cañí, esa de todos los días. El miércoles vimos "Offside" -una peli iraní-, después cenamos porque no sólo de arte se alimenta este cuerpo serrano que tengo, y salimos a dar una vueltuca. Nada, no pasamos de la escalera diez para allá. Ni siquiera aprovechamos la gentileza de nuestros "hospedadores" gijoneses para pillarnos una tranca de ron curiosa dado que no teníamos que coger el coche para regresar a la cuenca. No sé si es que nos estamos haciendo mayores o que dentro de la modernez está mal visto el rollu borrachuciu, el casu ye que una cervezuca y pa la cama. El jueves vimos una peli checa -el ciclo se llamaba nuevos cines y yo de guay pensé que eren películas de ahora, qué va, la que vimos debía ser de los cuarenta "u más"- y una alemana "Longing". ¡Mamina!, sin comentarios. Lo mejor de la jornada el corto "Pomiedzy", una producción checo-hispana hecha por un chaval de Pola de Siero. ¡Ye pa descojonase o no!.

28 de noviembre de 2006

Diario de una festivalera incipiente (Día 4) La línea recta, la peli larga

La quinta jornada festivalera comenzó tarde. Los estragos de la Terremoto de Alcorcón y el dopaje al que me estoy sometiendo para evitar el dolor de muelas hicieron que la mañana fuera completamente mórfica (de Morfeo). Cuando me levanté visité a madre para comentarle las idas y venidas a Gijón. Después me encontré a varios trabajadores de Duro Felguera (véase entrada anterior) que me invitaron a un par de culetes de sidra en El Alba. Comí macarrones (porque a pesar de estar en plan alternativo el menú de este bajocubierta continúa siendo tradicional). Y marchamos para Gijón, media hora buscando aparcamiento y dos exposiciones de fotos (Larry Clark y Abelardo Morell, ambos fotógrafos me sustrajeron de mi ser y olvidé mi dolor de morales). Después la película del día: La línea recta. Única cinta española de la sección oficial que entra en competición. ¡Mamina de mi vida!, que hora y media más absurda e incómoda (los asientos del Jovellanos también me hacen olvidar el dolor de muelas gracias al dolor de riñones). El director de la película, que creo que se apellida Orbe, hizo algo que debe tener sentido para él. Y mucho oyes, yo no digo que la historia a él en su mismidad no le revuelva las entrañas, pero lo que es a mí, me dejó como si tal cosa....

27 de noviembre de 2006

Diario de una festivalera incipiente (Día 3) De resistencias, terromotos y otras adversidades

La tercera jornada del festival comenzó, para una servidora, con la proyección del documental Resistencia, de la directora Lucinda Torre. La película habla de la lucha de los trabajadores de Duro Felguera para conservar sus puestos de trabajo. Menos mal que soy de la Carretera de Les Cubes y sé a lo que me ataño cuando trato con gente de la cuenca. A mi el documental me gustó, pero a un sector de los trabajadores no, así que tuvimos unes conversaciones (llámalo conversaciones llámalo discusiones) bastante interesantes a la puerta del Teatro Jovellanos. Por cierto, había tanta gente de Langreo que bien podíen haber proyectao el "flim" en La Felguera, así ahorrábamos gasolina. Claro que lo mismo en La Felguera las "conversaciones" acaben en hosties. Porque nosotros pallá de Villa ponemonos medio serios para no ir por la ciudad fomentando los mitos de la idiosincrasia de los mineros. Lo de hacenos los educaos no sale bien siempre. A mí, mi madre, cuando era guaja e íbamos a Gijón a comprar unos zapatucos en Chiqui, siempre me decía: "Aitanina nun grites fía, que nun tamos en La Barraca".
Después de "Resistencia" fuimos a ver "Shortbus". ¡Ay, mamina!, ahí si que me sentí yo como una pueblerina cualquiera. La película ta rodá en Nueva York y los protagonistas pasense la vida fornicando entre ellos, como si tal cosa. Con decir que la actriz principal se pasa hora y media buscando un orgasmo vos lo digo tó. Al final tengo que reconocer que me gustó el asuntu. Ye exótico eso de ir los bares a fornicar. Como en Sama a lo máximo que aspiramos ye a que te echen bien los culetes...
Por último acudimos a la Sala Acapulco a ver a la Terremoto de Alcorcón. Eso sí que ye arte y no el cine independiente. Reíme muchísimo y compartí un cigarru con la artista. Algo que no lo puede decir una todos los días.

26 de noviembre de 2006

Diario de una festivalera incipiente (Día 2) Nº 2 y dolor de muelas


Podría decir que el primer día del Festival de Cine estuvo marcado por la calidad de la película que vimos (la neozelandesa Nº 2) . Podría asegurar que la cita festivalera de Gijón recupera una fauna de modernos que, en otros momentos del año, no se ven en esta región. Podria hablar de que nos vamos, ahora, a ver el documental "Resistencia" de Lucinda Torre (directora y langreana). Podría destacar también, las excelencias de donde cenamos ayer: "El Bembé" o de la preciosa casa de Isabel y Marco, o del delicioso orujo. Podría hablar de muchísimas cosas de esta, nuestra primera jornada festivalera, pero un incipiente (es la palabra del mes) dolor de muelas me impide tener raciocinio suficiente. Me cago en el gremio de dentistas de España (soy así, no mido mis palabras).

25 de noviembre de 2006

Diario de una festivalera incipiente (Día 1)

Vamos que nos vamos para Gijón. Nuestro objetivo principal son las películas del Festival Internacional de Cine de Idem, pero, ¡ojo!, tampoco menospreciamos la idea de tomanos un culetín en algún chigre y unes gambines en el Faro Piles. Modernillos sí, pero tontos no. Que quede claro. Ya sus iré contando cómo nos van las cosas durante estos días por la ciudad con más gafas de pasta y jerseis de rayas o lunares de este lado de la Cordillera. Voy pallá con los ojos y la mente abierta a nuevas y deslumbrantes ideas cinematográficas, musicales y artísticas. ¡A ver cómo vuelvo!.
PD: Ésta semana de disfrute megatrónico es la respuesta a la reivindicación que, hace meses, proclamé en esta bitácora de mis entretelas.

18 de noviembre de 2006

Realidad y/o Ficción

Cuando era pequeña y jugaba a «V» tenía tendencia a elegir ser Mike Donovan, el jefe de la resistencia. Esa inclinación mía por ser el machote del percal no estaba reñida con las simpatías intrínsecas del resto del grupo que divertía sus tardes veraniegas en El Redondal. Mi primo Juanma siempre quería ser «Dayana», la mala, y a Mariquina le imponíamos el rol de Elizabeth, la nena «lagartumana» (suena a lagarterana, me gusta).
La elección del papel que representaras a la hora de jugar a las series en el Molinu era importantísimo y de él dependía que estuvieras media tarde encerrada en casa porque «los lagartos no te pueden pillar ya que eres la salvación de la raza humana» –que se lo pregunten a Mariquina. O que te pasases media mañana eludiendo los piedrazos de los invasores lagartos, que me lo digan a mi.
Si la serie a emular era «Corrupción en Miami» la cosa cambiaba. La pregunta no era ¿Quién quieres ser?, más bien la custión se encuadraba en: ¿Cómo te vas a vestir?. En el Molinu, el juego de la famosa serie de Don Johnson consistía, simplemente, en lanzarte al río vestido como si las heladas aguas de un riachuelo llanisco fuesen igual que las de una piscina de Florida.
Con el paso de los años no dejamos de jugar a la ficción, simplemente cambiamos de género y nos pasamos al cine. Como Juanma era el mayor, y además era «Dayana», él era el encargado de elegir el título a representar. Durante largos meses preparamos, en la cuadra de mi tío Daniel, el estreno de «Tacones Lejanos». Juanma era Marisa Paredes, Victoria Abril y Miguel Bosé, todos a la vez. Mariquina era Miriam Díaz Aroca y yo era la doble de los tres personajes de Juanma cuando coincidían dos en un mismo plano. Aún recuerdo el número musical de mi primo: «y entenderásssss....en un solo momento....qué significa....un año de amorrrr, qué significaaaa...un año de amor». Él cantaba y cuando Marisa Paredes se agachaba a besar las tablas del teatro era yo la que entraba en escena, como doble de Juanma, y besaba el suelo de la cuadra. ¡Qué tiempos!

16 de noviembre de 2006

Poema infantil de la duda


Dudo al elegir la ropa por las mañanas,
dudo si comer una pera o esa manzana,
dudo cuando busco algo con qué entretenerme en el sofá de casa
dudo cuando sueño
¿color o blanco y negro?.
Dudo si Argentina o Guatemala,
dudo si Gabriel o Benedetti,
si Mendoza o Galeano,
si Sabina o Amalia.
Dudo cuando suena el despertador
dudo en la lista de la compra,
en la marca de cerveza,
a la hora de escoger una talla.
Dudo de todo lo que no es nada.
No dudo de mi,
no dudo de ti
y por ahora me basta.

(Por esa gente que hoy quiso que mi vida se convirtiera en una duda entre la cabeza y el corazón. Lo siento por ellos, no saben lo "corazona" que puedo llegar a ser a veces -mi madre dirá asombrada en este punto "¿a veces?....")

7 de noviembre de 2006

La Alfombra de Contar y otras libretas


  • Enero de 2003. Línea 6 de metro Moncloa-Ciudad Universitaria: Rosa tiene sesenta años. No es de aquí, su acento la delata, es del sur. Conoció a su marido, Pedro, en las fiestas del pueblo. Se enamoraron una tarde de verano entre guirnaldas y pasodobles. Ella lo cuenta siempre que puede, lo está contando ahora. Lleva 31 años ... (Próxima parada Ciudad Universitaria....)
  • Marzo de 1997, libreta pequeña y azul: El metro de París sí es como el de las películas...
  • Noviembre de 2000. Clase de Historia de la Representación Escénica: En 1973 la obra "El Avaro" ocupaba el segundo puesto en cuanto a número de representaciones dramáticas en la Comedia Francesa, únicamente superada por "El Tartufo".
  • Abril de 2005. Libreta de tapas floridas y papel amarillento: "En una esquina de la clase de educación infantil los niños se reúnen a escuchar los cuentos que leen sus profesores. Ellos, los pequeños que apenas levantan un palmo del suelo, le han puesto al lugar un nombre tan poético como La Alfombra de Contar.
  • Octubre, 27, 2003. Papel doblado en libreta verde: Querida Aitana, como te prometí, te adjunto las dos estampas de mi tan venerado y amado Cristo de Medinaceli.
  • Septiembre de 2005. Avión con destino a Guatemala. Libreta verde:
    • 30-9 "Hoy las niñas del colegio belga tocan, en clase de música, la canción "Yesterday". La portería de la escuela, que da a la Avenida 10, tiene un mostrado de madera negra y unos techos altísimos".
    • 1-10"El cielo está gris, pero hoy, desde que me levanté ya ha estado violeta y azul".
    • 4-10 "Las calles, los caminos, las caleyas o cualquier suerte de lugar por el que tengas que andar en este país, siempre están llenos de gente y de muchos niños".
    • 9-10 "La situación en el país es de auténtica catástrofe...carreteras cortadas, pueblos enteros devastados y mucha necesidad entre los supervivientes".
    • 14-10 "Guatemala amaneció el lunes con un sol radiante, por primera vez en ocho días los guatemaltecos veían algo de luz después de la lluvia. Y nosotros también.
  • Ayer mismo, libreta roja de trabajar: "O no entiendo lo que ha pasado o ya ha pasado lo que yo estaba entendiendo" -Carlos Monsivais, escritor mexicano-

¡¡¡Cae de cajón....hombre por el amor de dos!!!!

Soy de la opinión de que las raíces cuadradas no sirven para nada y considero que un individuo que conozca más de diez decimales del número pi es, cuanto menos, un poco raro. Pero hoy he estado hablando con Alberto Coto (algunos los recordáreis por sus apariciones en programas como ¿Qué Apostamos? o Crónicas Marcianas donde sumaba números a toda velocidad y hacía algo así como apisisisisisisisi nueve apsisisisis siete appisisisisi ocho) y me reconcilié, un poquitín, con las matemáticas -además de confirmar por medio de una regla algorítmica de nosequé, que servidora nació un jueves -. Aquí sus dejo un interesante a la par que coñón (Eli dixit) acertijo lógico. El que lo consiga resolver ganará una lata de mejillones en salsa picante (llevan en la estantería de mi casa meses y no sé como deshacerme de ellos) y el reconocimiento público de todos los sairutsianos (hay cosas que no tienen precio)

Se dice, se cuenta, se rumorea que Immanuel Kant tenía costumbres tan regulares en su vida cotidiana que los habitantes de KÖNIGSBERG, su ciudad, aprovechaban su paso por determinados lugares para poner en hora los relojes. Una tarde, Kant, tuvo la desagradable sorpresa de encontrarse con que el reloj de su casa se había parado, su criado se había olvidado de darle cuerda. El gran filósofo no tenía modo de saber la hora exacta. Poco después se fue caminando hasta la casa de su amigo Schimidt, un comerciante que vivía a un par de kilómetros de su hogar. Al entrar en la casa de su amigo se fijó en la hora que marcaba un reloj de pared que estaba en el pórtico. Tras pasar toda la tarde con Schmidt, Kant regresó a su casa por el mismo camino por el que había venido. Paseaba, como siempre, con el mismo paso constante y regular que no había cambiado en años. No tenía la menor idea de cuánto había tardado en hacer el camino de regreso, pues Schimidt se había mudado recientemente y Kant no había cronometrado aún el trayecto. Sin embargo, apenas llegó a su casa, puso el reloj en hora.

¿Cómo pudo saber Kant qué hora era exactamente?



PD: Conste que sé la respuesta porque en casa de mi güela tuvimos, durante años, un juego de lógica que incluía éste y otros enigmas matemáticos que nos trajeron por el camino de la amargura muchas tardes de noviembre y muchos kilos de nueces...