13 de agosto de 2007

Los 400 desaparecidos de Aller


El 21 de octubre de 1937 las tropas de Franco entraron en Gijón y Avilés. La «campaña del Norte» terminó así, con la claudicación de Asturias. Ese mismo día comenzó la guerra para los alleranos. En el valle del Río Aller, desde noviembre del 37 y durante los siguientes cinco años, se vivió la peor masacre imaginable. En menos de un lustro fueron «represaliados» alrededor de 400 vecinos -la época más dura se extendió entre noviembre del 37 y marzo del 38-. La agrupación local para la Recuperación de la Memoria Histórica calcula que «200 de esos paisanos están enterrados en fosas comunes repartidas en el concejo; el resto por ahí, en Oviedo, en Pajares, en León...».
El colectivo, formado por alrededor de un centenar de personas vinculadas a Aller, lleva dos años investigando los nombres de los desaparecidos, los lugares donde se encuentran sus cuerpos y, sobre todo, «el porqué de una masacre tan cruenta como la que sucedió». Los que hablan en nombre de la Asociación de la Memoria son Ramiro Carlos García Díaz -presidente- y Ángel García Baizán -secretario-. Al primero le «desaparecieron» dos tíos abuelos. En la familia del segundo fueron asesinados cinco personas -tres hombres, una mujer y un menor de edad.
Al contrario de lo que pudiera parecer y debido a la «magnitud de la masacre», la compilación de información es fácil para la entidad. Los archivos históricos -entre ellos el de Salamanca- y, sobre todo, los testimonios de los vecinos -«de los dos bandos»- que vivieron aquella época son las fuentes que utiliza la asociación en su investigación.
«Las zonas donde se enterraron, a veces hasta vivos, los represaliados, son vox populi en Aller», señala García Díaz, que apunta que «en cada pueblo saben muy bien dónde hay fosas con huesos humanos, lo han sabido siempre». Hasta nueve enterramientos tienen localizados los integrantes del Colectivo de Recuperación de la Memoria de Aller: dos en Felechosa, dos en La Colladona y el resto en Corigos, puerto de San Isidro, el Infestal, mina Peregrina y Verdiales del Pino. En una de las fosas de Felechosa podría haber «hasta cincuenta cuerpos, porque la gente de la zona nos ha comentado que a aquel lugar llegaron tres camiones cargados de alleranos que fueron descargados, asesinados y después enterrados».
Con los osarios ubicados, los esfuerzos del colectivo allerano se centran ahora en conseguir los apoyos para exhumar los cadáveres y «darles a los muertos la dignidad que se les quitó hace setenta años». El Ayuntamiento de Aller y el Principado de Asturias son las instituciones a las que la asociación apela para «conseguir la financiación que nos permita poner en marcha las excavaciones». «Queremos contar, además, con la complicidad del Gobierno central, que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero, que tanto lucha por la recuperación de la memoria histórica», afirma Ramiro García, que apunta que «si nadie nos ayuda, buscaremos dinero por nuestros propios medios, vendiendo lotería o como sea...». Por ahora el grupo de investigación ha encontrado el apoyo del gobierno municipal de Aller y de los responsables políticos de Izquierda Unida, «la agrupación política que más nos ha ayudado», explica García Baizán, que puntualiza, sin embargo, que «en realidad ningún político nos ha criticado ni se ha opuesto abiertamente al trabajo que estamos realizando».
Más allá de los ingentes gastos que supone la organización de excavaciones en fosas comunes y la realización de las pruebas de ADN, el principal problema al que se enfrentan en Aller, en este sentido, es que «pocos expertos en arqueología quieren enfrentarse a una fosa donde se estima que puede haber veinte cuerpos, aunque pueden aparecer cincuenta», según asegura el secretario de la entidad, que señala que «normalmente las administraciones dan de paso excavaciones donde saben que hay dos, tres o cuatro cuerpos, pero no más». Otro obstáculo en el trabajo de estos alleranos está en la identificación de los cadáveres. García Díaz explica que «nosotros sabemos los nombres de algunos de los que están en una fosa, pero no de todos, y si no los desenterramos no sabremos nunca sus nombres ni por qué estaban allí». Mientras se busca una salida para comenzar el trabajo, el objetivo de la agrupación se centra en la elaboración de un informe completo y detallado de dónde pueden estar los alleranos desaparecidos. La Recuperación de la Memoria remite un cuestionario a las familias que aseguran haber perdido a un familiar durante la contienda. En la consulta, el colectivo pide a los familiares que detallen: la identidad del desaparecido, el lugar y el año de la desaparición, las fuerzas que considera responsables de su desaparición y las actuaciones judiciales -o de otra índole- instruidas contra la persona desaparecida.
Las cifras de desaparecidos y los problemas para sacar adelante un proyecto que permita desenterrar a los cientos de alleranos que, siete décadas después de la guerra civil, continúan en fosas comunes de montes, minas, cuevas y prados del concejo estremecen por la cantidad de víctimas y de tragedias que se descubren detrás de cada uno de ellos.
En su investigación, García Díaz, García Baizán y todos los colaboradores de la entidad se han dado de cara con episodios crueles como el del pueblo de Casomera, donde fueron asesinados 40 vecinos o «la matanza de Les Barroses», recordada aún por todos los alleranos de cierta edad: «A los falangistas les tiraron una bomba cerca de la aldea, así que se unieron al Ejército, subieron hasta allí, y como no sabían quién les había lanzado la metralla mataron a seis personas». Algo similar ocurrió en el lugar conocido como Huerto Mino. Allí, los falangistas acabaron con la vida de dos familias enteras -diez personas-. «Tenemos bastantes indicios para pensar que esta gente puede estar en la fosa de El Infestal», señala García Baizán. Asesinatos, secuestros, violaciones a mujeres y ejecuciones públicas, como la de los panaderos de Cuérigo, que fueron muertos -está por determinar si ahorcados o con garrote vil- en la plaza de Cabañaquinta y expuestos a los ojos de la gente.
Cuatrocientos vecinos muertos o desaparecidos, cuatrocientas historias de un olvido que algunos alleranos -los que forman la Agrupación de la Memoria Histórica de Aller- se empeñan en rescatar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimados amigos de Aller:
bien sabéis que estoy trabajando sobre la "Historia del Concejo de Aller (1917-1952): de la Huelga General al final de la Guerrilla". He creado un blog donde iré colgando fotos y documentos que pueden ser de interés y que pueden saciar alguna que otra curiosidad (para los curiosos y los estudiosos). Espero que atendáis este ruego que os hago en el blog. Gracias a todos por vuestra futura colaboración.
La dirección del blog:
http://historiadelconcejodealler.blogspot.com/
Manuel de Aller