28 de septiembre de 2011

Te lo digo en "serie"


Hay gente que se dedica a subtitular los capítulos de las series de televisión americanas o inglesas para que otra gente lo pueda disfrutar en castellano tan solo unas horas después de su estreno (En EEUU o en Inglaterra). Este hecho me tiene fascinada, hasta el punto de que mis amigos ya me miran raro cuando empiezo una conversación diciendo: “¿No es flipante lo de la gente que subtitula?”. Los “subtituladores” de series lo hacen de forma altruista anónima y eso, a qué negarlo, en pleno siglo XXI es muy raro. Pero claro, en este país los programadores de televisión nos empujan a seguir las series por internet ya que intentar hacerlo por los cauces normales (las cadenas de tv) es en España tan difícil como cogerle cariño a Yahel, el niño peliteñido del Cola Cao. De ahí a que las plataformas para ver o descargar los seriales, vía internet, sean imprescindibles y la única vía de ver televisión para los amantes de los seriales solo hay un paso.
La red de redes, y sobretodo sus usuarios, desmuestran todos los días que los políticos ( y sus leyes) y los responsables televisivos ( y su programación) van tan a su bola que o son unos atrasados o se creen que la ciudadanía para la que trabajan es tonta. No descartéis ninguna de las dos opciones. El tema es que, o se espabilan, o acabarán muriendo en su propio fango de cambios de horario y despropósitos. Después se quejarán, pero que no sea porque no los avisamos.
Las series nos gustan. No más que las películas, sino de forma distinta. Las series nos gustan porque son un ejercicio de fidelidad a unos personajes, a una trama y, a veces, incluso también a una manera de entender la vida. En Estados Unidos hace tiempo que se dieron cuenta que el filón de los seriales es de oro macizo y puro y por eso respetan este arte televisivo hasta el punto de que los mejores directores, productores y actores han sucumbido a los encantos de la pequeña pantalla. Los norteamericanos, tan "rarinos" para algunas cosas de su vida cotidiana, nos han conquistado con la "ficción televisiva". Nos han enseñado, edulcorado, descrito, sacralizado, maldecido, cantado y dibujado su sistema sanitario, su sistema judicial, su sistema educativo, su orden familiar y hasta puede que se hayan pasado de fantásticos porque yo fui a EEUU y no vi ningún vampiro. Todo así, la maestría con la que cuentan la mayoría de las historias hace que conozcamos más de sus modos de vida que de el nuestro propio. Claro que los responsables de la mayoría de series españolas tampoco es que se hayan matado para que elijamos el producto patrio frente al anglosajón. Ahí de momento nos tienen la partida ganada. Y seguirá siendo así, sobretodo mientras sigan existiendo "subtituladores altruistas" que gastan su tiempo y su conocimiento de idiomas para que los demás disfrutemos. Si ellos no se merecen el Premio Príncipe de Asturias de lCooperación Internacional es que no se lo merece nadie (bueno, sí, tal vez los del Colacao se lo merezcan. Han puesto a todo el mundo de acuerdo para odiar a un niño).